VIERNES 29, 6° DÍA DE LA NOVENA A SAN FRANCISCO JAVIER

En las primeras horas de sol de este día se ha rezado el rosario y celebrado la Misa. A las 19 Hs. la procesión partirá de la Capilla Santa Rosa de Lima, pasará por el Barrio Pizarro y culminará en la Capilla San Antonio  donde se celebrará la santa Misa.

Hoy se pide especialmente por los niños y jóvenes que se encuentran en situaciones de riesgo o son víctimas de la violencia, también por los ancianos, discapacitados y enfermos, y en especial por los que son víctimas de las adicciones.

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«El futuro del un pueblo está precisamente aquí y aquí: en los ancianos y en los niños. Un pueblo que no cuida de sus ancianos y de sus niños no tiene futuro, ¡porque no tendrá memoria y no tendrá promesa! ¡Los ancianos y los niños son el futuro de un pueblo! Es muy común dejarlos de lado. A los niños tranquilizarlos con un caramelo, con un juego: ‘haz, haz, ve, ve’ Y los ancianos no dejarlos hablar, despreciar sus consejos: ‘Son ancianos, pobrecillos…'».

“Yo lo entiendo, los discípulos querían la eficacia, querían que la Iglesia fuese adelante sin problemas y esto puede convertirse en una tentación para la Iglesia: ¡La Iglesia del funcionalismo! ¡La Iglesia bien organizada! ¡Todo preparado, pero sin memoria y sin promesa! Esta Iglesia, así, no funcionará: será la Iglesia de la lucha por el poder, será la Iglesia de los celos entre los bautizados y muchas otras cosas que ocurren cuando no hay ni memoria ni promesa”.

“Es bello esto que el profeta nos dice de la vitalidad de la Iglesia. Él no nos dice yo estaré con vosotros y cada semana tendréis un documento para pensar; cada mes haremos una reunión para planificar y hacer bien las cosas, ese no es el signo es necesario pero no es el signo de la presencia de Dios. La señal de la presencia de Dios es esta, así dice el Señor: ‘Ancianos y ancianas se sentarán entonces en las plazas de Jerusalén, cada uno con el bastón en la mano por su longevidad. Y las plazas de la ciudad, hormiguearán con niños y niñas que jugarán sobre las plazas’. El juego nos hace pensar en alegría: en la alegría del Señor. Y estos ancianos, sentados con el bastón en la mano, tranquilos nos hacen pensar en la paz. Paz y alegría: este es el ambiente de la Iglesia”.

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