LA OFICINA DE SEGURIDAD ALIMENTARIA ACONSEJA:

Disfrutemos de un asado en forma segura. La carne como protagonista
Para disfrutar de un buen asado, hay que cuidar la preparación del fuego. Para ello, debe disponerse de tiempo suficiente para preparar las brasas, que cocinarán la carne. No debe hacerse con la llama del fuego porque se quema la superficie del alimento y se deja el interior crudo. Para saber si está bien cocida, hay que controlar que no suelte líquidos sanguinolentos. De ser así, se mantendrá unos minutos más en las brasas, con lo que se asegurará que se han eliminado los posibles gérmenes.
Si se excede el tiempo de asado, se favorece la formación de hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP), compuestos que pueden ser dañinos para la salud y que se forman durante la preparación de los alimentos a elevadas temperaturas, como carne y pescado a la parrilla, aunque también otros como pan y pizza en hornos de leña, sobre todo si hay contacto directo con la llama. Una de las formas de evitarlo es mantener una distancia prudencial entre las brasas y el alimento. A medida que la carne se cueza, se retirará en una bandeja limpia. El tiempo que transcurre desde que la carne está asada hasta que se consume no debe ser superior a una hora: cuanto más tiempo se mantenga el alimento a temperatura ambiente, mayor es el riesgo de proliferación de patógenos.
La Oficina de Seguridad Alimentaria te aconseja: Con huevos, mejor no!!!
Durante los meses de verano, el huevo es más susceptible a las altas temperaturas, que favorecen que ciertos microorganismos como la Salmonella se puedan extender de forma más fácil y rápida. En la preparación de alimentos con huevo, es fundamental no perder de vista algunas indicaciones. Una de ellas se refiere a la conservación, que debe hacerse siempre en condiciones de refrigeración y separados del resto de los alimentos. Cuando se rompe el huevo, se debe hacer en un recipiente distinto al recipiente donde se vaya a batir y, si se quiere separar la clara de la yema, nunca utilizaremos la cáscara para hacerlo. Si una vez abierto el huevo desprende malos olores y la transparencia de la clara no es la adecuada, puede ser que se den las condiciones para el crecimiento microbiano. De ser así, desecharemos el huevo.
La Oficina de Seguridad Alimentaria te aconseja: Para un verano seguro y saludable, como disfrutar de un picnic sin peligro.
Durante los meses de verano aumentan las comidas al aire libre, así como el riesgo de sufrir intoxicaciones alimentarias, lo que obliga a extremar la vigilancia para evitar contratiempos.
Como cada año, las altas temperaturas invitan a realizar numerosas actividades al aire libre en las que la comida juega un papel muy importante. Pero también cada año, fruto de esta actividad, aumentan los casos de enfermedades transmitidas por los alimentos (ETA). Disfrutar de los alimentos en un entorno agradable, como la playa o el campo, obliga a actuar de forma adecuada para evitar posibles incidentes. Debe tenerse en cuenta, sobre todo, las normas de higiene durante la preparación de la comida, el tiempo que transcurre entre que se prepara la comida y se consume, y mantener la cadena de frío, ya que las altas temperaturas son las grandes aliadas del crecimiento microbiano
Los preparativos
A la hora de transportar los alimentos la conservadora es nuestro mejor aliado. Para ello, se colocan dentro de la misma contra las paredes bolsas de gel helado (preferentemente) o cubos de hielo en bolsas herméticas. Se debe sacar la conservadora del auto en cuanto podamos y dejarla en un lugar a la sombra. Una de las maneras de saber si los alimentos se conservan bien en la conservadora es controlar que los alimentos estén frescos al tacto y que el hielo no se derrita del todo.
Es aconsejable no llenarla en exceso para que el frío del hielo pueda actuar de manera uniforme sobre todos los alimentos
Es preferible, además, que los alimentos que se vayan a introducir se hayan refrigerado durante la noche. Las conservadoras mantienen el frío ya acumulado, no enfrían los alimentos. En el momento de introducirlos, hay que separar los alimentos crudos de los cocinados para evitar contaminación cruzadas. Una de las mejores maneras de hacerlo es poner cada uno de los alimentos (pescado o carne) en envases herméticos y situarlos en el fondo. De esta manera, se evitará que si desprenden algún líquido contaminen el resto de los productos. Por último, la conservadora sólo se abrirá lo estrictamente necesario, ya que cada vez que se hace se pierde frío.
Si el plan es comer ensalada al aire libre, lo más apropiado es prepararla a último momento en el lugar donde se vaya a comer. En casa se limpiarán bien los vegetales crudos o las frutas (si no se lavan deberán pelarse antes de consumir), ya que es el lugar más seguro para hacerlo. No siempre hay agua potable en el lugar elegido, por lo que antes de utilizar cualquier fuente deberá comprobarse su potabilidad. Se deberán evitar las preparaciones elaboradas a base de huevo, como la mayonesa; en caso de utilizarla, se deben elegir las comerciales, que ya han recibido un tratamiento térmico.

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