En una misa para los profesionales de la prensa, el arzobispo Agustín Radrizzani citó esa frase de San Juan XXIII, y recordó un episodio del primer encuentro de Francisco ante miles de cronistas de todo el mundo.
Radrizzani, titular de la diócesis de Mercedes-Luján y presidente de la Comisión Episcopal de Comunicación Social, recordó que Juan XXIII, «el Papa gordo o el Papa bueno», sugería a los comunicadores «decir la verdad a los demás como nos gustaría que nos la digan a nosotros».
En ese sentido, puso como ejemplo el modo de comunicación de Francisco, cuyos «gestos y estilo de vida lo hacen creíble».
Recordó en particular el momento de su primera presentación a la prensa, cuando en el aula Pablo VI del Vaticano, bendijo «en silencio» a los periodistas presentes. «No hizo el gesto habitual de la bendición para no ofender a los profesantes de otras religiones o a los no creyentes», destacó Radrizzani. «Pero pidió la Gracia de Dios para todos los presentes».
En el video a continuación puede verse ese momento, en marzo de 2013, cuando Francisco les dice a unos 6.000 periodistas de todo el mundo, ansiosos por conocer al flamante Pontífice: «Les dije que les daba de corazón mi bendición. Como muchos de ustedes no pertenecen a la Iglesia Católica, y otros no son creyentes, de corazón doy esta bendición en silencio, respetando la conciencia de cada uno, pero sabiendo que cada uno de ustedes es hijo de Dios».
Radrizzani recordó entonces que Jorge Luis Borges rezaba aunque no era creyente. Y cuando alguien lo interpeló: «¿Usted por qué reza si es agnóstico?», respondió: «Rezo por dos razones: porque me lo pidió mi madre y porque mal no me va a hacer».
El responsable de Comunicación Social del Episcopado se refirió también a la revolución de los medios de comunicación y el «desafío grande y apasionante» que representa para los periodistas, a los que exhortó a «buscar la verdad» y «ser artesanos del encuentro».
Convocada por el Club Gente de Prensa, en la basílica Nuestra Señora del Socorro, en el centro de la Capital, la misa fue también dedicada a la memoria de colegas fallecidos, especialmente a la periodista Ninawa Daher (C5N, Televisión Pública), que murió en un accidente de tránsito en el año 2011. También al fundador y primer presidente del Club, Luis Gil Montoya, y los socios fundadores Francisco Pantín, Carlos Cuinat y Carola Dousdebes. También Nevio Nacinovich, de larga trayectoria en La Nación, fallecido en diciembre último, y Enrique Bugatti (Clarín), hace un año.
Al final de la misa, hubo un momento interreligioso, en el cual hablaron brevemente el periodista Jaime Rosemberg, por el judaísmo; y la periodista Alicia Cybulka, evangélica.
Omar Abboud, dirigente de la comunidad islámica, no pudo asistir ya que está en viaje hacia Roma donde participará del rezo conjunto por la paz entre Francisco, el presidente israelí Shimon Peres y el líder de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas.
Rosemberg habló del «privilegio de ser contemporáneos de un Papa que no tiene miedo de cruzar puentes». «Inspirémonos en el ejemplo de Francisco, (…) imitemos a los profetas en la búsqueda de la Justicia», pidió.
«La verdad no siempre es popular pero es correcta», dijo por su parte Alicia Cybulka, convocando «a vivir en la Verdad de Dios».
En la misa, también se transmitió un mensaje del anciano Cardenal argentino Jorge Mejía (91 años), quien reside desde hace muchos años en Roma, y que fue director de la Revista Criterio entre 1957 y 1977. En él, Mejía subrayaba la exigencia del respeto al lector y que los periodistas deben aspirar siempre a poner al público frente a una realidad que lo pueda enriquecer.
Al final de la misa, hubo una breve reunión durante la cual el periodista Jorge Rouillon, actual presidente del Club de Prensa, invitó a todos a participar de un momento de oración por la Paz, a cargo del arzobispo Radrizzani.
Por último, el ex embajador ante la Santa Sede Vicente Espeche Gil señaló la importancia de que de la oración por la paz en El Vaticano este 8 de junio participará también el patriarca de Constantinopla, Bartolomé, líder espiritual de los católicos ortodoxos, que acompañó al Papa en su peregrinación a Tierra Santa.
FUENTE: Infobae